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En mis casi 50 años de vida he aprendido mucho, pero sobre todo he aprendido que LA VIDA ES UN CONSTANTE CAMBIO, que no hay bueno ni malo, positivo ni negativo, mejor o peor… solo hay lo que ES y eso que ES a veces nos provoca agrado o desagrado, apego o aversión, sin embargo lo más valioso es la posibilidad de morar en la PAZ más allá de lo agradable o desagradable que me pueda resultar alguna experiencia. Sé que cuento con la capacidad de reconocer lo que siento y la enorme LIBERTAD de elegir como vivo lo que me sucede cada día.
La oportunidad de hacer de mi vida un suceso extraordinario y trascendente habita en mi capacidad de ser coherente conmigo misma, en las decisiones que tomo a cada momento y en la comprensión del propósito profundo que encierra hasta la más cotidiana de las acciones de mi día a día para bien y beneficio propio y de las personas con las que coincido en lo que yo denomino: la maravillosa sincronía del universo.
Las experiencias que vivimos y las personas con las que nos relacionamos son un espejo; la imagen que nos muestra ese espejo puede generar empatía o rechazo y la tendencia es quedarse en lo superfluo de esa imagen sin llegar a descubrir lo que nuestro sentir al respecto nos quiere revelar. Preferimos escapar al pasado o al futuro para no experimentar miedo ante lo incierto y dolor o sufrimiento ante los cambios, abandonando el presente, NUESTRO ÚNICO E IRREPETIBLE PRESENTE en el cual podemos experimentar todo lo que siempre hemos soñado pero que al estar “ausentes” no viviremos.
Este momento es lo que ES, nos agrade o no, así ES y solo TÚ puedes elegir hacer de este momento algo EXTRAORDINARIO, con compromiso, con entrega, con esmero, con amor, pero sobre todo con coherencia en tu día a día, en todas y cada una de tus acciones, con la consciencia del impacto que tienen éstas en ti mismo, en tu pareja, en tu familia, en tus amigos, en tu trabajo, en tu ciudad, en tu país, en la inconmensurable energía universal.
Conectémonos con la vida, con nuestro presente, encontrando el aprendizaje en la experiencia y compartiendo nuestra esencia y amor en lo que sea que nos corresponda hacer para seguir evolucionando y construyendo cada uno en nuestro espacio, este inigualable y maravilloso país, QUE SOLO MÉXICO ES.
Con todo cariño
Adriana Gtz. G.
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