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Sea cual sea tu creencia con respecto a la Navidad, el día es propicio para compartir con la familia y amigos, deseo que tú compartir en estas fechas sea armonioso y enriquecedor para ti y quiénes te rodean.
Ojalá expresemos nuestro sentir, el dolor, la tristeza, la culpa, el enojo o la desesperanza, es humano sentirlo y es posible tratarnos con paciencia y calidez justo cuando más lo necesitamos; nuestro sentir es valioso y merece que lo notemos, que podamos hacerlo asertivamente en lugar de huir o creer que por evitarlo desaparecerá.
Ojalá compartamos nuestras alegrías y logros más allá del Ego, tan solo como una genuina expresión de la esencia más profunda de nuestro ser, sintamos orgullo y honra por nuestras metas y sueños alcanzados.
Ojalá seamos pacientes y amorosos con nosotros mismos ante nuestras fallas y los propósitos aún no alcanzados.
Ojalá antes de emitir un juicio hacia las creencias o comportamientos que nos parecen inadecuados, nos preguntemos ¿Qué haríamos nosotros en esas circunstancias? Que podamos reconocer en cada persona su humanidad y logremos ver más allá de nuestros esquemas mentales el dolor o la frustración que causan dichos comportamientos, tan solo para conectar desde el corazón y no desde la mente.
Ojalá que comprendamos que la compasión, el amor y la calidez no tiene género y no se circunscribe a las relaciones de pareja, familiares o de amigos, es urgente entablar una relación con nosotros mismos basada en estas actitudes no importando si somos mujeres, hombres, jóvenes o "viejos", lo merecemos solo por el hecho de existir.
Ojalá conectemos con el gozo por la vida cada día y no dejemos pasar lo más valioso e importante por la justificación de que no hay tiempo o dinero o hay que luchar y trabajar duro para lograr "tener" algo, lo precioso de la vida no se puede tener, tan solo se respira, se siente, se contempla y se disfruta porque cuando menos lo esperes desaparecerá, nada es para siempre.
Ojalá tengamos el valor y el temple de decirle a nuestros seres queridos cuánto los amamos y también compartirles con ese mismo amor cuánto nos duele cuando nos lastiman, no como un reclamo, tan solo para fortalecer la confianza y mantener abierta la comunicación, no somos perfectos, nadie lo es y en ese camino como nos vamos a atrever a poner un alto a lo que vemos que lesiona a nuestra sociedad si no cultivamos la libre expresión con los más cercanos a nosotros para que podamos inculcarlo en las generaciones venideras.
Ojalá cada día agradezcamos lo que Es y dejemos de quejarnos por lo que quisiéramos que fuese y posiblemente nunca será, tan solo para tener presente lo afortunados que somos más allá de las circunstancias, del bienestar o malestar que éstas nos puedan causar y podamos comprender que la vida se trata de evolucionar a través de las experiencias.
Ojalá seamos un poco más conscientes de nosotros mismos y abracemos el hábito de mirar más hacia dentro de nosotros y reflexionar que es lo que sentimos con lo que pasa en el exterior en lugar de querer cambiar el afuera con la creencia de que así estaremos bien o mejor, tan solo para entender que podemos vivir en plenitud siendo quienes somos.
Ojalá podamos integrarnos a nosotros mismos y a los demás, y así ser realmente inclusivos con las diferentes creencias, condiciones y preferencias, dejar de querer tener la razón o solo pensar que estamos en lo correcto y los otros no, tan solo para convivir más en armonía y descubrir que si buscamos las aristas y las coincidencias en nuestras aspiraciones, juntos podemos construir el rompecabezas en el que se ha convertido nuestra maltratada sociedad.
Con todo cariño
Adriana Gtz. G.
¡Felices fiestas!
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